viernes, 31 de enero de 2014

SOBREABUNDANCIA DE LA INFORMACIÓN Y LA INFOXICACIÓN


SOBREABUNDANCIA DE LA INFORMACIÓN Y LA INFOXICACIÓN

 

Cuando vi que se nos pedía una reflexión sobre la gestión de la sobreabundancia de la información, por un lado me parecía algo obvio…vivimos, experimentamos a cada instante el sentirnos bombardeados por un sin fin de información a través de diversidad de medios… y debo confesar que muchas veces me quedaba  en ese nivel de reflexión, ya que conocía muy pocas herramientas para interactuar en red…

Aunque estamos recién en la tercera unidad del curso, ya empecé a tomarle sentido a las herramientas que hasta el momento hemos experimentado. Herramientas para jerarquizar la información, organizarla en etiquetas, ser parte de las redes sociales que responden a nuestros intereses y usar “estrategias de aprendizaje” para seleccionar la información relevante.

Al revisar varios artículos sobre este tema me gustaría recalcar:

·        La necesidad de estar “actualizados” frente a la velocidad con la que la información cambia, se renueva… Y que esto te lleva a “especializarte” es decir, seleccionar aquello que responde más a tus intereses y realidades.  Aunque me pregunto si la especialización te puede llevar a no ver la integralidad y complejidad del conocimiento…

·        El concepto de INFOXICACION… y como evitarla, o mejor dicho como tener estrategias que amortigüen esta intoxicación.  

Como lo señala Fernando Navarro[1]  “…Es lo que el psicólogo británico David Lewis dio en llamar en 1996 information fatigue syndrome IFS. Y el físico español Alfons Cornella, ese mismo año, infoxicación, neologismo definido por su propio creador, experto en comunicación, como «la situación de exceso informacional, de intoxicación informacional, en la que tienes más información para procesar de la que humanamente puedes, y, como consecuencia, surge la ansiedad». Por una vez, en español disponemos de un término más breve y descriptivo que en inglés: bienvenido sea, pues, el neologismo.

La cura para los infoxicados, por cierto, pasa, a mi modo de ver, por entender claramente la diferencia crucial entre conocimiento (¡no digamos ya sabiduría!) e información, y asumir con todas las consecuencias que el primero es valiosísimo, desde luego, mientras que la última es tan solo una de las muchas fuentes de conocimiento, y no la más importante. David Lewis, ya mencionado en el párrafo anterior, lo expresó con admirable concisión: «Knowledge is power, but information is not».  

Frente a esta infoxicación, es muy importante tener criterios claros para filtrar la información, elegir muy buenas fuentes y tener un buen grupo de subscriptores… Como lo señala Inés Skotnicka en su artículo[2],  :

·        Usar muy buenos buscadores

·        Antes de la búsqueda elaborar un mapa mental, una red conceptual

·        Fuentes de calidad

·        Saber sobre las personas que saben del campo que nos interesa.

Ahora bien, cuando pienso en nuestros estudiantes, siendo ellos nativos informáticos, me reafirmo que nuestra función es que desarrollen competencias en relación al pensamiento crítico. Y la mejor manera de hacerlo es por supuesto incluyendo en todo nuestro quehacer pedagógico la mayor cantidad de herramientas que les permita gestionar la información de manera eficaz.

 


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