SOBREABUNDANCIA DE LA INFORMACIÓN Y
LA INFOXICACIÓN
Cuando vi que se nos pedía una reflexión
sobre la gestión de la sobreabundancia de la información, por un lado me
parecía algo obvio…vivimos, experimentamos a cada instante el sentirnos
bombardeados por un sin fin de información a través de diversidad de medios… y debo
confesar que muchas veces me quedaba en
ese nivel de reflexión, ya que conocía muy pocas herramientas para interactuar
en red…
Aunque estamos recién en la tercera unidad
del curso, ya empecé a tomarle sentido a las herramientas que hasta el momento hemos
experimentado. Herramientas para jerarquizar la información, organizarla en
etiquetas, ser parte de las redes sociales que responden a nuestros intereses y
usar “estrategias de aprendizaje” para seleccionar la información relevante.
Al revisar varios artículos sobre este tema
me gustaría recalcar:
·
La necesidad de estar
“actualizados” frente a la velocidad con la que la información cambia, se
renueva… Y que esto te lleva a “especializarte” es decir, seleccionar aquello
que responde más a tus intereses y realidades.
Aunque me pregunto si la especialización te puede llevar a no ver la
integralidad y complejidad del conocimiento…
·
El concepto de INFOXICACION… y
como evitarla, o mejor dicho como tener estrategias que amortigüen esta
intoxicación.
Como lo señala Fernando
Navarro[1]
“…Es lo que el psicólogo británico David
Lewis dio en llamar en 1996 information fatigue syndrome o IFS.
Y el físico español Alfons Cornella, ese mismo año, infoxicación,
neologismo definido por su propio creador, experto en comunicación, como «la
situación de exceso informacional, de intoxicación informacional, en la que
tienes más información para procesar de la que humanamente puedes, y, como
consecuencia, surge la ansiedad». Por una vez, en español disponemos de un término
más breve y descriptivo que en inglés: bienvenido sea, pues, el neologismo.
La cura para los
infoxicados, por cierto, pasa, a mi modo de ver, por entender claramente la
diferencia crucial entre conocimiento (¡no digamos ya sabiduría!) e
información, y asumir con todas las consecuencias que el primero es
valiosísimo, desde luego, mientras que la última es tan solo una de las
muchas fuentes de conocimiento, y no la más importante. David Lewis, ya
mencionado en el párrafo anterior, lo expresó con admirable concisión:
«Knowledge is power, but information is not».
Frente a esta infoxicación, es muy
importante tener criterios claros para filtrar la información, elegir muy
buenas fuentes y tener un buen grupo de subscriptores… Como lo señala Inés
Skotnicka en su artículo[2], :
·
Usar muy buenos buscadores
·
Antes de la búsqueda elaborar
un mapa mental, una red conceptual
·
Fuentes de calidad
·
Saber sobre las personas que
saben del campo que nos interesa.
Ahora bien, cuando pienso en nuestros
estudiantes, siendo ellos nativos informáticos, me reafirmo que nuestra función
es que desarrollen competencias en relación al pensamiento crítico. Y la mejor
manera de hacerlo es por supuesto incluyendo en todo nuestro quehacer
pedagógico la mayor cantidad de herramientas que les permita gestionar la
información de manera eficaz.
Video: http://youtu.be/LaLXtInK3-8
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